Declaración de la Alta Comisionada de la ONU con motivo del Día Mundial contra la trata de personas

Declaración de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, con motivo de celebrarse el primer Día Mundial contra la Trata de Personas

Traducción no oficial

El comercio y la explotación de seres humanos a través de la trata de personas es una de las más graves violaciones a la dignidad humana.  Los  fines van desde el trabajo forzoso y servidumbre hasta diversas formas de explotación sexual, los matrimonios forzados, la extracción de órganos y otras prácticas análogas a la esclavitud contemporánea.

El 30 de julio, el primer día mundial contra la trata de personas, queremos hacer énfasis en tres objetivos. Descubrir y exponer a los traficantes. Proteger a los niños vulnerables, mujeres y  hombres de caer presa de la explotación. Y honrar y proteger a las víctimas de estos crímenes.

Ellos pueden ser mujeres jóvenes que han sido esclavizadas como prostitutas o maltratadas como trabajadoras domésticos no remunerados. Las niñas y niños que han sido obligados a mendigar y robar en la calle o que son explotados en trabajos peligrosos y agotadores. Hombres que han sido atrapados en la esclavitud, en condiciones que ningún ser humano debería tener que soportar.

Cada país experimenta el delito de trata de personas y cada gobierno tiene la responsabilidad de luchar contra ella, directamente, a través de investigaciones y actuaciones judiciales y,  en el sentido más profundo de los esfuerzos serios y sostenidos, en la prevención, cuyo objetivo es proteger a las generaciones futuras. Para ayudarlos, hay una serie de marcos jurídicos internacionales vigentes que abordan diversos aspectos de la trata de personas, tratando de garantizar que esos graves crímenes sean investigados y sancionados.

En respuesta a la evidente necesidad de contar con una  guía práctica, orientación política basada en derechos, mi oficina ha desarrollado los Principios y directrices recomendados sobre los derechos humanos y la trata, que colocan a las víctimas en el centro de nuestro trabajo y hacen hincapié en las raíces del problema. En los países receptores, los patrones de tráfico son alimentados por la demanda de bienes y servicios derivados de la explotación, como la prostitución o los productos fabricados a bajo precio por las personas que no se les paga un salario digno.

Las víctimas son vulnerables ante los traficantes por la discriminación crónica basada en el origen étnico o en el género. Las desigualdades, la injusta distribución del poder, la exclusión social y la falta de oportunidades de empleo también exponen a las personas ante los comerciantes sin escrúpulos. Pueden incluir fugitivos adolescentes, migrantes o los miembros de los grupos minoritarios discriminados. A menudo, las víctimas de la trata son personas en busca de una vida. Los traficantes se aprovechan de ellos ofreciendo falsas esperanzas sobre un futuro diferente.

A menudo, después de atrapar a sus víctimas, los traficantes los explotan en los planes criminales. Por tanto, están expuestos a la posibilidad de ser enjuiciados como criminales o como migrantes irregulares…
Mi oficina comparte  la inestimable labor de la Relatora Especial sobre la trata de personas, especialmente mujeres y niños; el Relator Especial sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la pornografía infantil; el Relator Especial sobre las formas contemporáneas de la esclavitud; y la Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres. Insto a todos los países a que le extiendan invitaciones, con el fin de beneficiarse de sus investigaciones cuidadosas y de sus recomendaciones expertas y detalladas para mejorar las respuestas a la trata de personas.

La identificación, la asistencia y la protección a las víctimas y sobrevivientes de la trata deben estar en el centro de nuestras preocupaciones. En primer lugar, porque han sido tratados como mercancía, han sufrido años de violencia física y emocional casi insoportable. Les debemos respeto, cuidado, y atención -en la medida en que sea posible recuperarse de tales experiencias y ser compensados por esas injusticias.

Además, hay que utilizar las experiencias de los supervivientes de estos crímenes porque nos puede proporcionar las claves para comprender las causas profundas de la trata; las metodologías operativas de los traficantes; y la  manera de exponer y eliminar estos crímenes atroces con el fin de proteger a los demás.

En 1991, se estableció el Fondo Fiduciario de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas sobre las Formas Contemporáneas de la Esclavitud para ayudar a financiar proyectos en todo el mundo para asistir a los sobrevivientes. Más de la mitad de sus donaciones van a los sobrevivientes de la trata, y en este Día Mundial contra la Trata de Personas -que constituye un hito importante -insto a los gobiernos y donantes privados a contribuir al Fondo.

La decisión de la Asamblea General de establecer en el calendario mundial un día dedicado a la lucha contra la trata de seres humanos es bienvenida. Pocos temas podrían ser tan vitales o graves. Todos tenemos la responsabilidad – y la capacidad- para ayudar a ponerle fin a la trata de personas. Y nuestro trabajo con los sobrevivientes, junto con una fuerte acción global por el cumplimiento de la ley, puede abrir la puerta a un verdadero cambio.

 

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