Las Naciones Unidas ha puesto en marcha, desde diciembre de 2013, la iniciativa denominada “Los Derechos en primer lugar” (Rights up front”) con el fin de responder rápidamente a las violaciones de los derechos humanos.
La iniciativa se enmarca en términos de la protección de los derechos humanos pero también incluye la protección a los civiles. En este contexto, se hace énfasis en la importancia de los esfuerzos de prevención. El “Plan de Acción los Derechos en Primer lugar” también pretende mejorar la preparación organizacional, de manera que las Secretarías, Fondos y Programas aseguren que el Sistema de Naciones Unidas, tanto en el terreno como en la oficina central estén preparadas para lidiar con crisis en evolución.
La promoción al respeto a los derechos humanos es un objetivo central de las Naciones Unidas y define su identidad como una organización que trabaja para las personas en todo el mundo.
Los Estados miembros han encargado a la Secretaría General y al Sistema de las Naciones Unidas, a través de la Carta de la ONU y las Resoluciones sucesivas de la Asamblea General, ayudarles a cumplir con los estándares establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Para lograr este objetivo, el Sistema de Naciones Unidas utilizará todos los recursos a su disposición, incluyendo su autoridad moral, la creatividad diplomática y su alcance operacional.
Los Estados miembros tienen la responsabilidad primaria de proteger a sus poblaciones contra los abusos masivos y generalizados de los derechos humanos. Sin embargo, a veces no han podido o no han querido cumplir sus obligaciones. En ocasiones, el Sistema de las Naciones Unidas también ha fallado en el cumplimiento de sus responsabilidades.
Las consecuencias de fracasar en evitar graves violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional son demasiado evidentes para las personas, los países o regiones. En términos de vidas perdidas y de personas desplazadas, el precio ha sido demasiado alto.
La protección de los derechos humanos puede ayudar a prevenir los conflictos armados y atrocidades masivas. El deterioro en el respeto a los derechos humanos puede ser un signo revelador de una crisis inminente. El éxito en la promoción y protección de los derechos y el garantizar la rendición de cuentas por la violación de los derechos humanos puede ofrecer medios eficaces para des- escalar el conflicto y para evitar el costo humano y financiero de las crisis humanitarias. Una vez que estalla un conflicto, lo imperativo es utilizar todos los medios prácticos para proteger a los civiles. En estos momentos, el respeto al derecho internacional humanitario es tan fundamental como lo es el respeto a los derechos humanos.
La iniciativa “Los Derechos en primer lugar” plantea seis acciones en particular que pueden hacer una diferencia cualitativa en la forma en que el sistema de la ONU cumple sus responsabilidades:
Acción 1: La integración de los derechos humanos en el “alma” del personal, de modo que puedan entender qué significa los mandatos y compromisos de derechos humanos para su Departamento, Agencia, Fondo o Programa.
Acción 2: Proporcionar a los Estados miembros información veraz respecto a los pueblos en riesgo o sujetos a graves violaciones a los derechos humanos internacionales o al derecho humanitario.
Acción 3: Asegurar estrategias coherentes de acción sobre el terreno y el aprovechar las capacidades del Sistema de las Naciones Unidas de una manera concertada.
Acción 4: Adopción, en la sede, del enfoque “Una sola ONU” para facilitar una acción coordinada temprana.
Acción 5: Lograr, a través de un mejor análisis, un mayor impacto en el trabajo de protección de los derechos humanos de la ONU.
Acción 6: Apoyar todas estas actividades a través de un sistema mejorado de gestión de la información de graves violaciones de los derechos humanos así como del derecho humanitario.
Las acciones propuestas forman parte de las responsabilidades de la ONU tal como se establece en la Carta de Naciones Unidas y por los Estados miembros. La implementación requerirá diferentes formas de hacer las cosas, incluyendo la re-priorización de los recursos existentes que deberán ser aprobadas por los Estados miembros, según proceda. Más importante que los recursos será el efecto multiplicador del cambio en la cultura institucional.
Para más información en inglés sobre la iniciativa visitar la página