Mensaje con motivo del Día Internacional de la Mujer por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.

Queridos amigos,

Estimados colegas:

Hoy celebramos el Día Internacional de la Mujer.

 

Honramos a las valientes activistas que lucharon, con grandes sacrificios personales, en pro de libertades fundamentales que para los hombres eran prerrogativas automáticas.

 

Desde las obreras textiles que en 1908 exigieron mejores condiciones de trabajo hasta las dirigentes feministas como Berta Cáceres y Malala Yousafzai, y todas las jóvenes y las mujeres que promueven por cualquier medio la igualdad, en todos los lugares del mundo.

 

Las defensoras de los derechos de las mujeres han ampliado las bases de la igualdad de género y de los derechos humanos en general.

 

Esas activistas han impulsado la consecución de derechos en ámbitos fundamentales de la vida, desde la educación a la participación política y la justicia climática.

 

Han promovido leyes para poner fin a la violencia de género, lo que permitirá construir sociedades más seguras.

 

Y se esfuerzan por reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres, lo que fortalecerá nuestras economías.

 

Además, su participación en las negociaciones de paz se traduce en acuerdos más duraderos.

 

Las mujeres son arquitectas del progreso.

 

Sin embargo, los avances logrados durante decenios tropiezan ahora con una reacción encarnizada.

 

Los retrocesos en materia de autonomía corporal, entre otros la limitación del acceso a servicios sanitarios esenciales, tales como el aborto, están privando a las mujeres del control sobre sus propias vidas.

 

Asistimos a niveles sin precedentes de odio, demonización y restricciones arbitrarias de los derechos de las mujeres del colectivo LGBTIQ+, en particular de las mujeres transgénero, lo que agrava el alto grado de violencia y discriminación al que ya se enfrentan.

 

En algunos ámbitos, presenciamos un perturbador repunte de ideas tóxicas relativas a la masculinidad y esfuerzos por glorificar estereotipos de género, especialmente entre los hombres jóvenes. Estas tendencias se traducen en actos de violencia y discursos de odio en contra de las mujeres, de las defensoras de sus derechos y de las que participan en actividades políticas.

 

Casi seis de cada diez mujeres y jóvenes han sufrido acoso en línea, que a menudo se agrava y se transforma en amenazas en la vida real. Al mismo tiempo, algunos creadores de opinión que difunden ideas misóginas son tratados como héroes en determinados sectores sociales.

 

Estas tendencias marginan a las mujeres y las excluyen del espacio público, el activismo y los puestos de liderazgo.

 

No obstante, las personas defensoras de los derechos humanos de la mujer perseveran en su empeño. Forjan alianzas, promueven la rendición de cuentas, piden cambios y exigen la paz.

 

Su capacidad de resiliencia me causa gran admiración.

 

Debemos apoyarlas y enviar un mensaje inequívoco de que la violencia de género, la discriminación y la misoginia no tienen cabida en nuestro mundo. Y que necesitamos invertir más en el trabajo que llevan a cabo y apoyarlo mejor.

 

Los gobiernos deben prevenir y abordar las vulneraciones de derechos y velar por que las jóvenes y las mujeres puedan participar de manera significativa en la vida pública.

 

Las redes sociales deben desempeñar una función importante en estos cometidos. Al regular las expresiones de odio y moderar eficazmente los contenidos, las plataformas informáticas pueden ayudar a que las mujeres se expresen libremente, sin verse sometidas a vejaciones en las redes.

El sector empresarial debe aumentar el número de mujeres que ocupan puestos de responsabilidad ya que, después de todo, sabemos que esa política incrementa la sostenibilidad de los negocios.

 

Exhorto a todos los hombres de todas las edades a que se adhieran a esta causa, a que condenen el acoso y rechacen la misoginia.

 

Mi Oficina defiende la causa de las jóvenes y las mujeres, en toda su diversidad, en todo tiempo y lugar.

 

El legado de las activistas de ayer y de hoy debe servirnos de orientación en la lucha por un futuro en el que la igualdad de género llegue a ser una realidad para todos.

 

Muchas gracias.

Volker Türk

Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

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