PANAMÁ (24 de agosto de 2016). El Sistema de Naciones Unidas en Panamá saluda la firma del Acuerdo de la Mesa de Diálogo del Proyecto Hidroeléctrico Barro Blanco, entre el Gobierno de la República de Panamá y las autoridades tradicionales de la Comarca Ngäbe-Buglé, que tuvo lugar el lunes 22 de agosto en Llano Tugrí, capital de la Comarca.
La ONU reconoce la voluntad del Gobierno panameño y de las autoridades indígenas comarcales, elegidas legítimamente, para dar un paso adelante en la construcción de nuevas relaciones entre el Estado y los pueblos indígenas, permitiendo así, avanzar en el fortalecimiento y garantía de sus derechos.
Tras 19 meses de diálogo, las partes lograron consensuar aspectos fundamentales para encontrar una solución pacífica al conflicto que la construcción de la hidroeléctrica generó en la Comarca. Entre los aspectos más relevantes del acuerdo, cabe señalar el respeto a los bienes religiosos y culturales, la mitigación del impacto a las tierras y territorios, la elaboración conjunta de un plan de desarrollo de la cuenca del Tabasará, la mitigación y recuperación de la biodiversidad, así como la consolidación de las estructuras tradicionales de la comarca como sus instituciones representativas y órganos de toma de decisión.
El acuerdo es un referente histórico, no sólo para Panamá, sino también para la comunidad internacional. Es un ejemplo de cómo los Estados deben hacer participes a los pueblos indígenas en los procesos de toma de decisiones sobre medidas o proyectos que afectan sus vidas, sus culturas, sus territorios y sus derechos.
El sistema de Naciones Unidas en Panamá acompañó la Mesa de Diálogo del Proyecto Hidroeléctrico Barro Blanco para prestar asesoría técnica y contribuir a la facilitación del proceso, asegurando así que los acuerdos estuvieran alineados con los compromisos y obligaciones adquiridas por el Estado panameño con los estándares internacionales de derechos humanos.
Las Naciones Unidas nacieron con el espíritu de preservar la paz y evitar los conflictos, por ello considera que el diálogo debe prevalecer sobre el discurso de la violencia para garantizar la paz social, el Estado de Derecho y la democracia.